Un Mesías Más Famoso que los Beatles

Un Mesías Más Famoso que los Beatles

¿Vale la pena un mundo sin The Beatles? ¿Y sin Jesús? Para algunos la respuesta es muy sencilla, para otros no tanto. Lea una inusual opinión aquí...

  • Catagoría:  Musica y Cultura
  • Autor:  Jorge Mario Marin

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La película Yesterday es un film entretenido con toques románticos, protagonizada por Himesh Patel, Lily James y Ed Sheeran, que nos lleva a cuestionarnos sobre las decisiones que debemos tomar para ser felices, ese camino correcto hacia nuestra estabilidad emocional.

Todo esto centrado en la idea de lo que pasaría si el mundo cambiara extrañamente en unos segundos y cosas como la Coca-Cola o Harry Potter jamás hubiesen existido, mucho peor aún si jamás hubiese existido la banda conformada por John, Paúl, George y Ringo.

Extrañamente solo un músico fracasado llamado Jack Malik recuerda su música y al percatarse que ahora el mundo jamás contó con las canciones del cuarteto de Liverpool, decide hacerlas suyas, abriéndose por fin paso hacia el éxito en el mundo de la música.

Además de conmoverme al escuchar grandes canciones con las que crecí de adolescente y me guiaron por el apasionante mundo del rock n' roll, mi cabeza se planteaba algo constantemente.

Realmente en una época como la actual donde la radio parece más preocupada por cantantes con mucha imagen y poco talento ¿hubiesen los Beatles obtenido el impresionante éxito que los convirtió en los sesenta en la banda más importante del mundo? ¿Su música trascendería de la misma manera que los convertiría en un fenómeno cultural y artístico como en aquel entonces?

A decir verdad, siempre es complicado intentar abarcar tantas ideas de algo que nos apasiona y las canciones de The Beatles son una de ellas: escribir sobre su impresionante éxito que los llevó hasta el día de hoy a ser la banda de rock más importante del mundo o hablar de su éxito en cuestión comercial, podría ser más que un asunto trillado.

Tal vez sería mejor hablar en términos más personales, ya que sus canciones me han traído grandes alegrías desde que comencé a escucharlos en mi adolescencia.

No pretendo, sin embargo, ser un experto en la Beatlemania ya que no lo soy, pero definitivamente sus hermosas canciones han hecho parte de mi vida.  

Por supuesto que la influencia que ha ejercido en músicos de varias generaciones es impresionante, incluso es evidente en el sonido de bandas de artistas cristianos como Brigthon, Pray For Rain, Phil Keaggy, Atomic Opera, Galactic Cowboys, Ty Tabor y covers que han realizado músicos como Phil Driscoll, House of Héroes hasta grupos adolescentes como Jump 5.

Por supuesto que no es un secreto que desde aquella accidentada entrevista en la que John Lennon afirmaba que su banda era más famosa que Jesucristo, muchos predicadores han encontrado dichas declaraciones dignas de un anticristo o un subversivo de la cristiandad, pero como suele suceder constantemente el no tratar de entender el contexto por el cual se dicen ciertas cosas hace que entremos en eternas confusiones.

En Norteamérica tales afirmaciones causaron un efecto devastador más que para Lennon, para la banda en su totalidad, ya que muchos grupos religiosos indignados emprenden toda una enfurecida campaña donde se armaron hogueras enteras para quemar públicamente sus discos.

No obstante, al regresar a Liverpool, la banda no tuvo ningún tipo de repercusiones negativas, ya que los europeos entendieron bien de que se trataba las fuertes declaraciones de Lennon.

Pero tratemos de ir un poco más lejos para entender todo esto, ya que si miramos el contexto religioso en que el cuarteto de Liverpool creció, en el caso de Paúl McCartney y George Harrison fueron educados como católicos, mientras que Ringo Starr y John Lennon como anglicanos, sin embargo ninguno a diferencia de John fue arrastrado a la fuerza en seguir necesariamente el camino religioso.

Cuando los padres de Lennon se separan, su madre empieza a frecuentar varios hombres, a lo cual su hermana, la famosa tía Mimi considera que un estilo de vida como ese solo sería mala influencia para John, así que decide llevárselo a vivir con ella.

Después de la muerte de su madre por causa de un hombre que conducía borracho, Lennon lleno de rabia ante la vida y hasta posiblemente hacia Dios, se encuentra sin más alternativa que someterse al rigoroso estilo de vida de su tía que en realidad más que guardar un verdadero fervor escondía otras motivaciones.

Realmente el estricto temor religioso de la tía Mimi tenía su razón de ser en un profundo deseo por encajar en un estatus social más alto, en el cual la religión y la ética jugaban una pieza clave.

Ante un panorama como este era evidente que un personaje tan complejo como John creciera con sentimientos encontrados hacia la religión.

Lennon pasaba mucho tiempo en la iglesia anglicana, a los 15 años se incorpora en el grupo de jóvenes de su comunidad en el cual afirma que no les interesaba realmente el cristianismo sino el pasar tiempo entre amigos, llega incluso al curioso punto de recordar que un hombre llamado Rod Davis, encargado de dirigir el coro musical, era en realidad un ateo que apreciaba la música pero estaba lleno de cuestionamientos.

John como el artista que comenzaba a gestarse respondía a todo esto con ironía y provocación, llegando incluso a realizar dibujos blasfemos acerca de la fe que le causaron algunos problemas en la escuela.

Sin embargo no todo era diversión para él, ya que ese desprecio hacia la religión no incluía un desapego hacia la figura de Jesús, al contrario de lo que podríamos pensar siempre se sintió atraído.

Cuando los Beatles se transforman en el fenómeno masivo que marcó la década de los sesenta, Lennon empieza a darse cuenta que los chicos estaban buscando algo más que ser arrastrados hacia la religión inculcada y me atrevería a decir que con cierto nerviosismo era consciente que su banda se convierte en parte de esa búsqueda.

Lennon se refería entonces al secularismo que se evidenciaba por aquel tiempo en Liverpool e Inglaterra y el poco interés en la iglesia de los jóvenes de aquella época.

Es entonces cuando John se disculpa ante los medios tiempo después afirmando "no estoy diciendo que somos mejores o más grandes, ni comparándonos con Jesucristo como persona, Dios, o algo así" sin embargo no deja de encender un poco el fuego “Si hubiese dicho que la T.V. era más famosa que Jesús tal vez me hubieran apoyado”.

Aunque no existía un interés por verse como gurús ante la juventud, los fans de la banda se tomaban demasiado en serio cualquier declaración por parte de los integrantes.

Esto igual lo podemos entender desde el punto de vista de una banda que rompía poco a poco con los estándares acostumbrados en la música pop.

La primera era del rock n roll tenía iconos como Elvis, Chuck Berry o Jerry Lee Lewis a quienes no les interesaba más que cantar sobre diversión, romance o sexo, pero las canciones de Los Beatles tomaban terrenos un poco más profundos donde temas como la tristeza, la soledad y los cuestionamientos humanos se hacían presentes.

Canciones como Help iban más allá que simples letras banales, era literalmente un grito interior de Lennon, al igual que lo podemos apreciar en la película Yesterday con el personaje de Jack Malik al interpretar dicho tema.

Esto, por supuesto, se incrementa cuando la banda empieza a mostrar intereses por el misticismo de la India y la carga social en las canciones de sus siguientes discos, lo cual se hacía más frecuente.

Nuevamente debemos recalcar que a pesar de sus ideas gnósticas e incluso declarar en algún momento que todos podríamos ser Jesús interiormente, la figura del Mesías siempre fue de gran interés para John. El problema es que comienza a entenderlo más como un buen hombre que como el salvador y declara que ve a Dios como “un concepto por el que medimos nuestro dolor”.

"La gente tiene la imagen de que yo soy anticristiano o antirreligioso, pero no es así en absoluto" -dice John en 1980 antes de su muerte-. "Soy una persona muy religiosa, desde luego que no soy ateo".

La divinidad era sin embargo algo constantemente descartable para John, al contrario de su compañero George Harrison, quien veía divino todo lo que le rodeaba.

El guitarrista a quien me gusta referirme constantemente como el genio no valorado de la banda, se dio a conocer tiempo después de la desintegración de la banda por la canción My Sweet Lord cuya letra podría fácilmente confundirse con cualquier canción góspel de no ser porque al final se desvía hacia una adoración a Krisna, lo cual se torna más extraño teniendo en cuenta que cuenta con la colaboración del músico de raíces protestantes Billy Preston.

La irrelevante educación católica de George fue suficiente para ver la religión como un miedo al infierno al cual se manipulaba la gente más que una convicción. “Su religión no es como lo que parece ser el cristianismo, ir a la iglesia el domingo por la mañana, porque se supone que tienes que ir, en vez de por qué quieres ir”,

Es por ello que decide buscar respuestas en las creencias de la India, aunque los demás Beatles ya no parecían tener tanto interés después de la decepción de conocer al gurú Maharishi.

En el caso particular de Ringo Starr reconoce que abandonar su fe le causó grandes problemas, especialmente cuando la psicodelia de los sesentas lo atrajo al mundo de las drogas.

Actualmente reconoce que su fe lo ha ayudado a sostenerse en medio de los duros momentos: “Para mí, Dios está en mi vida, yo no me escondo de ello”, afirma.

Recuerda haberse dejado arrastrar por la cocaína y el alcohol en algún momento de su vida y que su fe lo ayudó a enderezarse: “Dios es mi vida, he estado en esa búsqueda desde los años sesentas”.

No deja de ser conmovedor por supuesto verlo en años recientes en un concierto al lado del cantante Steve George de la banda Mr Míster interpretando el tema Kyrie, un término griego para Dios.

Casi al final de la película que ha nombrado desde el principio, el personaje de Jack Malik, descubre que no es el único que recuerda a los Beatles, ya que una pareja de Liverpool le visita no para reclamarle, sino más bien para agradecerle y animarle a continuar, ya que como afirman “Un mundo sin los Beatles, es un mundo infinitamente peor”.

Al terminar de ver la película solo podría reflexionar acerca de muchas cosas y hacerme una pregunta aún más personal: ¿Podría yo vivir en un mundo sin Jesús?

No es un secreto que el fervor religioso ha estado presente en las estrellas del rock n' roll por mucho tiempo, muchos pretenden encontrar en sus cantantes preferidos una especie de mesías.

Ya sea hacia figuras como Michael Jackson, esa extraña obsesión por Elvis que ha llevado a muchos a convertirse en imitadores del rey del rock en Las Vegas o el fanatismo por Los Beatles, algo muy bien parodiado en el capítulo de Los Simpsons donde Bart descubre un altar a la banda de Liverpool en la casa del insufrible Ned Flanders, ya que incluso para el religioso el cuarteto era más famoso que Jesús.

La historia de la fe cristiana por su parte nos habla de un camino mucho más seguro para llenar los vacíos de nuestro corazón, ya que al hombre al verse imposibilitado de salvarse por sus propios medios encuentra un puente hacia la vida eterna y la reconciliación con nuestro Padre Celestial a través del sacrificio en la cruz de Jesús.

No pasó mucho tiempo tras la irremediable separación de Los Beatles cuando John Lennon se convierte en promotor de la búsqueda por la paz.

Su canción Imagine se convierte entonces en dicho anhelo, pero su letra deja entrever que el corazón rebelde de John continua reticente: “Imagina que no hay Cielo, es fácil si lo intentas. Sin infierno bajo nosotros, encima solo el firmamento”.

Puedo encontrar aprecio por una lucha como la que tuvieron personajes como Lennon. El problema se encuentra en que el ser humano suele buscar la paz ausente del dador de ella.

El Señor afirma que su paz no es como el mundo la da, es allí donde las palabras de San Francisco de Asís cobran gran valor al afirmar que “Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.

La búsqueda de la paz debe comenzar en el corazón, es allí donde se libran las más grandes luchas del ser humano al tener que enfrentarse a nuestra débil condición y la necesidad de perdonar a los demás, a nosotros mismos y por supuesto reconciliarnos con Dios.

Es por eso que la fe no se trata de que tan popular sea el cristianismo socialmente, ni por el número de asistentes a la iglesia o si somos perseguidos o aceptados, más bien se basa en el cambio personal que el encontrarse con Jesús logra hacer en la vida de las personas.

El cristianismo es por tanto como cantaban Los Beatles en su disco Let It Be, ese “Largo y duro camino que lleva a tu puerta”, ya que tomamos una decisión al seguir a Cristo en medio de un mundo cada vez peor, pero con la firme convicción de que “El que persevere hasta el fin, éste será salvo”.


Jorge Mario MarinPor @GeorgeRock
Jorge Mario es un super conocedor de la música y en especial del rock y el metal cristiano.  Gracias a sus conocimientos fue el director de ZonaJ Muzic por varios años.

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