La Persona Más Joven Ejecutada en los Estados Unidos

La Persona Más Joven Ejecutada en los Estados Unidos

La persona más joven ejecutada en los Estados Unidos es probablemente una víctima más del racismo de la sociedad americana de comienzos del siglo XX

  • Catagoría:  Actualidad
  • Autor:  ZonaJ

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George Junius Stinney Jr. (nacido en 1929, muerto en 1944)

En una prisión de Carolina del Sur hace más de 65 años, guardias escoltaron a un chico de 14 años con biblia debajo del brazo hacia la silla eléctrica. De tan solo 1 metro y medio de alto y 40 kilos de peso, las correas no le ajustaban, y el electrodo era demasiado grande para su pierna.

El interruptor fue jalado y la máscara de la muerte para adultos se deslizó del rostro de George Stinney. Las lágrimas corrieron por sus ojos. Los testigos se retorcieron con horror mientras veían morir a la persona más joven ejecutada en los Estados Unidos en el siglo pasado.

De regreso al presente, un activista de la comunidad está luchando por limpiar el nombre de Stinney, asegurando que el chico no pudo haber asesinado a 2 niñas. George Frierson, miembro del comité escolar e inspector textil, cree que la confesión de Stinney fue a la fuerza, y que su ejecución fue otra injusticia que los negros sufrieron en las cortes del sur en la primera mitad del siglo XX.

En un grupo de casos como el de Stinney, las peticiones se le están haciendo a las cortes pidiendo que las decisiones tomadas cuando la presión de la sociedad estaba en contra de los negros, sean cambiadas. Estas peticiones por primera vez se han mantenido a flote gracias a dinero, grados de universidad y hasta influencias.

“Espero que veamos más casos como este porque nos deja un sentimiento de que ya todo acabó. Es algo simbólico”, comentó Frank Wu, profesor de leyes en la Universidad Howard. “No es solo importante para los individuos y las familias, es importante para toda la comunidad. No solo para los afroamericanos, pero también para los blancos y la nación en general. Lo que estos casos nos muestran es que se puede lograr justicia.”

Algunos ya han logrado justicia. A comienzos del año, el presentador de radio Tom Joyner, ganó un perdón póstumo para 2 tíos abuelos quienes fueron ejecutados en Carolina del Sur.

Unos años atrás, Lena Baker, una sirvienta en Georgia que fue enviada a la silla eléctrica por asesinar a un hombre blanco, recibió el perdón luego de que su familia demostrara que ella probablemente lo hizo, porque él la tenía retenida en contra de su voluntad.

En el caso de Stinney, los partidarios quieren que el estado acepte que los oficiales ejecutaron a la persona equivocada en junio de 1944.

Stinney fue acusado de asesinar a 2 niñas blancas, Betty Juan Binnicker de 11 años y Mary Emma Thames de 8, al golpearlas con una pieza de hierro y luego arrastrar sus cuerpos a una cuneta cerca de Acolu, a más o menos 10 kilómetros de Manning, en el centro de Carolina del Sur. Las niñas fueron encontradas 1 día después de su desaparición, luego de una gran búsqueda. Stinney fue arrestado unas horas después.

Por el riesgo de linchamiento, Stinney fue mantenido en una cárcel a 100 kilómetros de distancia en el pueblo de Columbia.

El padre de Stinney, quien había ayudado a buscar las niñas, fue despedido inmediatamente y ordenado a dejar su casa y trabajar en la fábrica. A su familia se le ordenó abandonar el pueblo para evitar aún más complicaciones. Una atmósfera de turba con locura por linchar rondaba el palacio de justicia. Sin visitas familiares, el chico de 14 años tuvo que enfrentar el juicio y la ejecución solo.

Frierson no ha podido sacarse el caso de la cabeza, siempre cargando una carpeta gruesa llena de recortes de noticias viejas y documentos, incluyendo la declaración de un testigo de la ejecución.

El sheriff en el momento dijo que Stinney había admitido los asesinatos, pero solo era su palabra (una prueba escrita de esta confesión nunca ha sido encontrada). Un abogado que está ayudando a Frierson con el caso se imagina que las amenazas de linchamiento y no ser capaz de ver a sus padres pusieron nervioso al estudiante de séptimo grado.

El fiscal Steve McKenzie dice que él ha escuchado recuentos de cómo los detectives le ofrecieron helado al chico cuando acabaron.

“Usted tiene que saber que él iba a decir lo que ellos quisieran que él dijera,” McKenzie comentó.

La corte le asignó a Stinney un abogado (un comisionado de impuestos preparándose para elecciones estatales). En total, el juicio (desde la selección del jurado hasta la sentencia de muerte) duró un día. Los registros indican que 1000 personas estaban en el palacio de justicia. Los negros no podían entrar.

La defensa no llamó a testigos y nunca apeló. Nadie puso en duda el recuento de la confesión dada por el Sheriff.

“Como fiscal que soy, esto me puso a pensar mucho, ver como el sistema judicial trabaja en contra de este chico. No lo protegió,” dijo McKenzie, quien está preparando unos documentos para pedirle a un juez que reabra el caso.

Los registros oficiales del juicio de Stinney contienen menos de 12 páginas, varias de ellas órdenes de arresto. No existe una transcripción del juicio.

La falta de registros, lo cual no es poco común, lo hace aún más difícil para las personas que están intentando cambiar estos viejos veredictos, Wu comentó.

Pero todos estos casos viejos tienen algo en común.

“Algunos de estos casos son tan atroces, tan extremos, que cuando usted los mira, el proceso no tiene razón de ser,” Wu dijo. “Es muy claro por lo que se puede ver que ha habido un montaje.”

Y a veces, la policía bajo la presión de ciudadanos asustados saca conclusiones apresuradas en vez de llevar una investigación detallada, Wu comentó.


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