Comprando a Dios con sus propios juguetes. En muchas ocasiones hemos oído hablar a diferentes predicadores sobre el “Sembrar una semilla”.
- Catagoría: Fe
- Autor: ZonaJ
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Esto se ha vuelto una práctica pagana dentro de la iglesia cristiana, ya que no invita nunca al arrepentimiento y al cambio de la manera de vivir de las personas.
A Dios no le importa tus bienes materiales, e inclusive ni los que podrás adquirir. A Dios no le interesa volverte rico, y por ello no lo puedes comprar.
A través de la radio y la televisión he visto y oído como las personas han salido “bendecidas o multiplicadas” por estas siembras, es común oír “Sembré $20 dólares y el Señor me dio el trabajo que le pedí”.
Y parece que ante nuestros ojos hay una especie de pirámide como la de David Murcia Guzmán o la de Madoff, el primero que prometía créditos exorbitantes a cambio de esperar un tiempo corto para ver los ahorros multiplicados, y el otro que estafó a Wall Street durante años.
Pero ¿Es acaso el interés de Dios que lo compremos con una cuota inicial para obtener lo que deseamos?
La verdad es que el texto del que se sustrae todo el argumento de varias iglesias sobre “La siembra” está en Deuteronomio 14:26:
“Y emplearás la plata en todo lo que desee tu alma: En bueyes, en ovejas, en vino, en alcohol y en todo lo que apetezca tu alma. Y comerás delante de JHVH tu Dios, y te regocijarás tú y tu casa.”
Biblia textual Reina-Valera.
Sociedades bíblicas Unidas.
Este es uno de los argumentos de la escuela de verdades básicas que debemos aprender, y es que al Creador del Cielo y de la Tierra no se le compara con los juguetes que él ha hecho y que por ende son de su propiedad.
Que tal si un hijo le llega a su padre con el siguiente argumento:
-Papá, ¿Tú te acuerdas de la bicicleta que vimos en la tienda la semana pasada camino a la escuela?
Claro hijo, ¿Por qué?
Porque me gusta mucho y quiero que me la regales, por ese motivo yo tengo el 10% de lo que vale la bicicleta, y te doy este dinero para que lo uses en los gastos de la casa, confío en ti que por el hecho de darte este dinero, me vas a dar esa bicicleta.
Es algo similar a lo que se está haciendo en algunas iglesias cristianas, las cuales con el ánimo de conseguir recursos para el desarrollo de diferentes proyectos, se han empeñado en volver a la iglesia en una cueva de ladrones como lo denunció Jesús en Mateo 21:12-13.
Estas iglesias están utilizando las mismas tácticas que la iglesia católica usó durante la edad media para la recaudación de recursos financieros, la cual consistía en pedir dinero a las familias de los difuntos, para ayudarles a estos últimos a pasar del limbo o el purgatorio al cielo a cambio de dádivas en la tierra.
Hoy en día hay comunidades de la iglesia cristiana evangélica que usan la misma estrategia para engañar a las personas y hacerles creer de forma indirecta que a Dios se le puede comprar, como si Él hubiera expresado de forma clara y concisa que esto se podía practicar.
De ahí parte el hecho de la decepción de muchas personas en la siembra, ya que estos pastores no enseñan por conveniencia que Dios es Señor, y que hace lo que Él quiere, que ninguna oración o dádiva terrenal puede cambiar, convencer o chantajear los designios de su Santísima voluntad perfecta, a lo que dice la Palabra:
“¿Quién ha precisado el Espíritu de JHVH, y como consejero suyo le ha enseñado? ¿De quién tomó consejo, o quién lo instruyó, o lo adoctrinó en el camino de la justicia, o le enseñó el conocimiento, o le mostró el camino de discernimiento?”
Isaías 41:13-14
Biblia textual Reina-Valera.
Sociedades bíblicas Unidas.
La pregunta que podemos aplicar en este momento es por qué a varios creyentes se les funciona el sembrar esta semilla, por una parte, la verdad es que como dice en Marcos 9:23, al que cree todo le es posible. Jesús hablaba de la fe que podía mover montañas y echarlas al mar.
Sin embargo, hay que recordar que como Dios omnisciente conoce todo nuestro andar, tiene en su mano descrito y caracterizado todos y cada uno de los días de nuestra vida, y no se le escapa nada, y por esta razón es que a algunos no se les hace el “milagrito” que piden con la siembra y a otros sí.
Puedo aseverar con toda seguridad que Dios siempre está dispuesto a darnos lo que más nos conviene para nuestra vida, no importa las circunstancias por las que estemos pasando, siempre va a darnos lo mejor aunque no entendamos, a pesar que no tenga lógica para nosotros o para los demás, así nos parezca injusto, al fin y al cabo Él sabe hacer sus cosas.
De ninguna manera podemos afirmar que sembrar una semilla sea parte de la teología cristiana, debido a la incongruencia de su mensaje principal con el adquirir cosas a cambio de dádivas, así funcionará entre los hombres, pero ante el Rey de reyes, ante el Señor de señores no es así.
Porque si nosotros, personas imperfectas, no podemos juzgar a las otras personas imperfectas, quiénes somos para decirle a la única persona perfecta en el universo lo que debe o no debe hacer.
¿Acaso el niño de nuestra historia no quiere comprar a su padre con dinero que él mismo le dio para necesidades personales? ¿Acaso no estaremos comprando a Dios con sus propios juguetes?
Por @zonajnet
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