Hace algunos años fui al doctor porque estaba constantemente enfermo. Él me dijo que los síntomas eran el resultado de estar estresado.
- Catagoría: Reflexiones
- Autor: ZonaJ
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Estaba preocupado por la economía, por las responsabilidades y porque según en mi criterio nada me funcionaba ni alcanzaba, llegué al punto de tener dolor de cabeza constante, no comía y mi estado de ánimo estaba en el piso, me preocupaba por mi futuro y no disfrutaba mi presente, vivía muy preocupado por lo que no tenía y olvidado de dar gracias y disfrutar lo que tenía, por lo que perdí momentos con mi familia, mi esposa y mis amigos y sobre todo con Dios.
La palabra estrés era originalmente un término de ingeniería usado para referirse a la cantidad de fuerza que un balancín, u otro soporte físico, podía sostener bajo presión sin colapsar. En nuestro tiempo el estrés ha sido ampliado para incluir la presión mental y emocional.
El estrés es algo normal en la vida de todos. Dios nos ha creado con la capacidad de sobrellevar una cierta cantidad de presión y tensión. El problema se suscita cuando nos esforzamos más allá de nuestras limitaciones, lo que nos puede llegar a ocasionar un daño permanente.
La paz está destinada a ser la condición natural de todo creyente en Jesucristo. Él es el Príncipe de Paz, y en Jesús encontramos nuestra herencia de paz. Es un don del Espíritu Santo que Él nos da cuando vivimos en obediencia a su Palabra.
La paz que Dios da se manifiesta en tiempos buenos o malos, cuando hay abundancia o escasez. Su paz opera en medio de la tormenta.
Filipenses 4:6-7
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Por @zonajnet
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