Una mujer llamada Anna Smith llega al hogar de una familia muy pobre en donde el jefe de la familia estaba enfermo sufriendo agudos dolores.
- Catagoría: Reflexiones
- Autor: ZonaJ
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Pero el hombre de muy mal talante dijo a la mujer: "No quiero que nadie ore aquí ni lea la Biblia, pues no creo en ninguna de estas cosas."
Inmediatamente Ana Smith aseguró al hombre y a la esposa afligida que haría algo para ayudarlos, y se fue para conseguir provisiones y ropa para la familia.
Cuando la señora Smith regresó, el hombre que bruscamente le había prohibido que orara o leyera la Biblia le dijo: "Léame por favor la historia del Buen Samaritano." La señora Smith lo hizo con gusto, y cuando terminó de leer dijo el enfermo: "He visto muchos sacerdotes y levitas, pero nunca antes había visto un buen samaritano." La amargura del hombre y sus prejuicios desaparecieron por causa de una buena acción de una cristiana.
No intentemos hablar de Cristo sino que estamos listos para hacer algo demostrando el amor de Dios. Muchos son los que predican y hablan, pero pocos son los que viven un mensaje palpable. Conviértete hoy en un Samaritano y la gente responderá dando su corazón a Dios.
Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó adonde él estaba; y cuando lo vio, tuvo compasión, y acercándose, le vendió sus heridas, derramando aceite y vino sobre ellas; y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y lo cuidó.
Luc 10:33-37
Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, y dijo: "Cuídalo, y todo lo demás que gastes, cuando yo regrese te lo pagaré." ¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores? Y él dijo: El que tuvo misericordia de él. Y Jesús le dijo: Ve y haz tú lo mismo.
Por @zonajnet
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