Solo es sexo (Parte 1)

Solo es sexo (Parte 1)

“En realidad, el cuerpo no es importante, lo esencial es el alma, la mente, la dimensión espiritual del ser.

  • Catagoría:  Fe
  • Autor:  Miguel Pulido

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Desde que estés en paz contigo mismo, todo está bien. Sigue tu corazón. El sexo es sólo sexo, un acto puramente físico, ¿para qué enredarse con mojigaterías?”.

¿Te suena familiar?

Curioso, porque este discurso circuló hace siglos en la ciudad de Corinto. Podría parecer el consejo de un sicólogo posmoderno de vanguardia, pero en realidad es una ideología bastante arcaica. Si pensabas que habías encontrado innovación, te equivocaste. Todas estas justificaciones servían para que en ciudades influenciadas por los griegos (como Corinto) hubiese bacanales, orgías y desmanes que harían parecer a Sodoma y Gomorra un jardín de niños.

Si has sido influenciado por una religiosidad vacía o los clichés del entorno, seguramente pensarás que lo único que la Biblia tiene es una serie de prohibiciones sin sentido que no consideran los instintos naturales del ser humano. ¿Vale la pena escuchar lo que tiene por decir? Dame la oportunidad de decirte que sí, porque la forma de comprender el sexo por parte de Pablo es brillante. Se puede resumir en este par de líneas:

Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo. 

(1 Corintios 6:18-19)

El sexo no es sólo sexo.

Porque tú eres un ser extraordinariamente complejo.

Un acto físico como el sexo está intrínsecamente relacionado con nuestra autoestima, el sentido del valor y la forma como nos entendemos a nosotros mismos. Lo íntimo de tu ser está siendo expuesto. Nos pueden hacer creer que es simplemente disfrutar de un orgasmo cuando se quiere, como quien come una chocolatina cuando le dan ganas, pero eso no explicaría por qué la generación que más sexo tiene es la que más altos índices de suicidios experimenta. Parece que la liberación sexual no tiene muchas respuestas frente a los serios problemas de identidad que se experimentan más allá de los límites de una cama.

¿Será posible que la generación que más habla de sexo es la que menos lo entiende?

¿Será que nos equivocamos al hacer del sexo una búsqueda de identidad, porque en el fondo no puede brindarte lo que no tienes?

¿Será que profanamos un tesoro? ¿Nos equivocamos en nuestra pretensión de simplificar lo que en realidad siempre debió haber sido misterioso?

Tú no eres sólo tú.

Todo lo que ocurre contigo tiene dimensiones incomprensibles.

Por eso ver a la persona que te gusta te hace sentir mariposas en el estómago, lo cual está íntimamente ligado con químicos que tu cerebro segrega en ese momento, lo cual está íntimamente ligado con sueños que tienes respecto a la vida y planes que apuntan al futuro, lo cual está íntimamente ligado con tu percepción de si estamos aquí por accidente o tenemos un propósito, lo cual… ¿ves? Eres un torrente de profundidad infinita.

Así que el sexo es un reflejo de la percepción que tienes de ti mismo. Cuando tienes una relación sexual, no llevas a ese lugar solamente tus genitales, tus expectativas, tus miedos, tus anhelos, tus esperanzas y, por supuesto, tu autoestima. Si crees que eso te va a dar valor, nunca será suficiente. La adicción descansa en la ilusión de obtener lo que tanto deseamos por los medios inadecuados.

¿Notas que hasta el momento no hemos mencionado a Dios?

Porque de nada sirve hablar del Eterno si no trabajamos en lo interno.

Porque de nada sirve que te diga lo mucho que Dios te ama si crees que no vales nada.

De eso hablaremos en la próxima…

 

©MiguelPulido


Miguel PulidoPor Miguel Pulido
Miguel es Teólogo del Seminario Bíblico de Colombia, y pastor de jóvenes de la Iglesia Confraternidad en Bogotá, además de ávido escritor con la capacidad de conectar nuestra realidad con la perspepctiva bíblica.

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